martes, 5 de abril de 2011

Pernoctar en la calle no es tan bonito de perdis un motel pero aveces escucha uno cosas insolitas Versión estenográfica de la Conferencia Magistral “Educación y valores para la Democracia”, que dictó el señor Felipe González, durante el Encuentro Educación y Valores para la Convivencia del Siglo XXI, llevado a cabo en el Auditorio Nacional, en esta ciudad.

Mas noticias en http://noti.mx ...De poca abuela Presentadora: Bienvenidos al Auditorio Nacional, al segundo día del Encuentro "Educación y Valores para la Convivencia en el Siglo XXI.

Iniciamos los trabajos del día de hoy con la Conferencia Magistral "Educación y Valores para la Democracia", a cargo del doctor Felipe González

Felipe González fue el tercer presidente del gobierno desde la reinstauración de la democracia en España, de 1982 a 1996. Ha ocupado los cargos de Secretario General del Partido Socialista Obrero Español y Presidente del Comité de Sabios del Grupo de Reflexión sobre el futuro de la Unión Europea.

Felipe González: Muchas gracias, buenos días, doña Margarita, señor Secretario de Educación, quiero empezar por agradecerle que me dé la oportunidad de recuperar la presencia de una tribuna pública en México.


Hace algunos años que no lo practico, me preguntaba el Secretario de Educación si alguna vez estuve en el Auditorio, he estado varias veces en este impresionante Auditorio y para un tema tan sugestivo como la educación, la educación en relación con la democracia, y los valores cívicos.

Ya advertía antes que quería contarles algo de las últimas aventuras, una ha sido citada, de un ciudadano y la democracia se basa en la formación de la ciudadanía, de un ciudadano del mundo, ciudadano de mi propio país, ciudadano europeo, pero también ciudadano del mundo o si prefieren trotamundos.

Muy afectado en el sentido positivo del término por el horizonte de posibilidades que abre y por los riesgos que comporta, por ese fenómeno de la revolución tecnológica y de la globalización.

Si queremos reflexionar sobre la educación para la democracia, no sólo por los valores implícitos de la democracia basada en una ciudadanía, que a la vez soporta un paquete de derechos y obligaciones, tenemos que reflexionar también sobre la situación de la democracia en el mundo y qué impacto está sufriendo o soportando la democracia en esta nueva configuración de la realidad mundial que ha surgido al galope de la revolución tecnológica a partir de la caída del Muro de Berlín y por tanto de la desaparición de esa política de bloques ideológicos que se repartían al mundo por adscripciones puramente ideológicas.

Por lo tanto tendríamos que situarnos en ese escenario, yo agradezco que me den esta oportunidad y recordaré una cosa que probablemente se haya olvidado y es lógico, en el año 97 en México, en la Universidad de Guadalajara expuse por primera vez mi preocupación o mi idea, mi visión sobre el impacto de esto que llamamos globalización en la realidad que vivimos.

Una revolución tecnológica que es la que hace galopar al mundo hacia eso que llamamos economía globalizada, pero que ha globalizado a la información, está globalizado el sistema financiero, está globalizada la transmisión cultural, está globalizadas por tanto la relaciones entre los seres humanos.

Y en algún momento después de hacer un análisis que me encargaron por los cuatro continentes, en algún momento lo definí como una revolución tecnológica que elimina la barrera del tiempo y del espacio para comunicarse entre los seres humanos.

Hemos perseguido eso desde el principio de los tiempos, del homo sapiens, buscar la relación con los demás y siempre la relación con los demás por cualquiera de las circunstancias desde flujo migratorio hasta movimientos de conquista, había la barrera del tiempo y del espacio que superar.

Hoy la revolución tecnológica nos permite eliminar tiempo y espacio en la comunicación con el otro o con los otros.

Probablemente todavía no tenemos plena conciencia de lo que supone esa revolución en la comunicación entre los seres humanos, ni siquiera de lo que supone es para el estado-nación, aunque mucha gente es consciente, muchos ciudadanos son conscientes de que parte de su futuro de las decisiones que afectan a su vida diaria no dependen de la democracia representativa nacional tal como la entendemos, que sus dirigentes tienen un ámbito de competencia, de realización de la representación, de la soberanía, de la democracia, de los proyectos económicos, etcétera; pero que ese ámbito de realización que es el estado-nación está desbordado si pensamos en el fenómeno de la implosión del sistema financiero internacional por factores que no se controlan a nivel nacional, por poderes que no son los poderes representativos que estamos en condiciones de elegir en nuestra democracia.

Eso empecé a exponerlo en México, se llegó a publicar aquella conferencia en la Universidad de Guadalajara, como los Siete Desafíos de la Globalización.

Pero después en esa aventura vital, se acaba de mencionar, hice un informe en los últimos dos años sobre Europa, lo cual me apartó un poco de la presencia a la que me siento tan adscrito de esta área del mundo que es América Latina y específicamente México, sobre la Estrategia de Europa, Horizonte 2020-2030 y Estrategias de Europa dicho en los términos en que yo lo concebía para salir de la crisis.

Verán, todo el mundo se asombra y tiene una cierta dificultad para comprender por qué Europa, la Unión Europea, 27 países están sufriendo más el impacto de la crisis financiera internacional que incluso el país de origen de la crisis financiera que es Estados Unidos.

La perspectiva de salida a pesar de las dificultades de la crisis en Estados Unidos es una perspectiva de salida más clara, con un horizonte más despejado que la perspectiva de salida de Europa.

En Europa en relación con los países emergentes, el impacto de la crisis es mucho mayor, y es mucho mayor porque la implosión del sistema financiero se produce sobre unas estructuras no adaptadas para competir en la economía global, unas estructuras que se han quedado obsoletas, que llevan por lo menos una década de retraso en su adaptación y en su reforma.

Y una parte importante de la reforma que sigue pendiente, salvo excepciones, excepciones algunas tan conocidas como la de Finlandia, es la reforma de los sistemas educativos para responder a las nuevas realidades del mundo que vivimos.

No quiere decir que Europa no tenga un nivel educativo desde el punto de vista de la cantidad y de la calidad de conocimientos que se transmite bastante alto, incluso en términos relativos, cuando se analiza comparando Europa con Estados Unidos, es evidente que media el sistema educativo europeo como transmisión de conocimiento en cantidad y en calidad es satisfactorio.

Sin embargo, de un sistema educativo de buen nivel de una población de un cierto, de un alto nivel educativo, no se deriva un comportamiento suficientemente creativo, imaginativo, con iniciativas para enfrentar los desafíos del mundo globalizado, de la economía globalizada.

No los quiero cansar mucho con esto. En nuestro informe aparecía México, cosa que no aparece normalmente cuando se hace el análisis de cuál es el papel de los países emergentes en la economía mundial, aparecía porque nosotros no nos limitamos a hablar de los BRICS, de los famosos Brasil Rusia, India, China, Sudáfrica.

Nosotros intentamos ver que economías iban a ser o qué países iban a ser significativos en los próximos 15 años si cumplían con su requerimiento de crecimiento potencial en la economía mundial, y nos salían nueve países y siempre nos salía México, y siempre nos salía México por su población, por sus características demográficas, por su bono demográfico; pero nos salía México también por su potencial de crecimiento.

Potencial de crecimiento no quiere decir crecimiento, y analizábamos la distancia que podía haber entre el crecimiento real medio de la economía mexicana y el crecimiento potencial, y para llegar a analizar el crecimiento potencial, porque también nos aparecía Turquía y acabo de estar allí, después de pasar por Túnez y ver cómo se orienta esa situación de la revuelta que ha acabado con las dictaduras en el norte de África, cuál es su origen, cuál es su sentido.

Pero acabo de pasar por Turquía, Turquía está creciendo al 10 ó al 10.5 por ciento desde hace varios años.

Turquía está en su crecimiento potencial y probablemente tiene problemas, lo he constatado la semana pasada cuando estuve allí.

México está todavía, a nuestro juicio, por debajo de su crecimiento potencial. Dirán: pero por qué analizaban ustedes viendo a Europa lo que ocurría fuera de Europa. Porque en realidad nuestro análisis de Europa no era un análisis de Europa viendo su propio ombligo, sino de la falta de adaptación de Europa como un espacio muy desarrollado con mucha cohesión social, con una renta per cápita de 36, 37 mil dólares de media, y su crisis de adaptación a los nuevos requerimientos de la realidad global y mundial. Para eso teníamos que acercarnos a esa realidad global, y dentro de esa realidad global lógicamente teníamos que ver cuál iba a ser el papel de Rusia como el gran vecino de Europa. Estuve con el Presidente ruso hace unos meses hablando de ello, y perderá población hasta el 2050, pasaran de 147 a 148 millones de habitantes, a 122, 123 en el país más extenso del planeta, que tiene una frontera con China, allá en Siberia, y la parte rusa en ese horizonte temporal habré dos millones y medio de habitantes y en la parte China 250 ó 300 millones en esa línea de frontera, donde hay una gran parte de los recursos.

Lo explico anecdóticamente para que se comprenda por qué estábamos analizando la realidad mundial. Entre otras cosas para saber por qué Europa podía insertarse en esa realidad mundial con éxito.

Y de nuevo nos aparecía en Europa alguno de los problemas que nos aparecen también cuando vemos cuáles son los cuellos de botella para que México se acerque a su crecimiento potencial.

Y aparte de los clásicos, es decir, todavía hay un gran recorrido en la mejora de las infraestructuras para canalizar un crecimiento constante de la economía y en la vigilancia de una macroeconomía sana la que nos sale como el elemento más relevante que forma parte de mi reflexión, sin dejar de tocar el tema de educación para la ciudadanía.

Lo que nos sale como cuello de botella es la mejora del sistema educativo desde la primaria a la universidad, para aprovechar ese bono demográfico, que es la gran variable estratégica de México para tener éxito en la economía mundial, en la inserción dentro del mundo.

México es un país rico de recursos, de posibilidades, es culturalmente rico, etcétera. Su sistema de formación de educación tiene, salvemos la distancia, como en Europa problemas de adaptación muy serios a los requerimientos del éxito de México en la inserción dentro de la economía mundial.

Si comparamos los rendimientos con cualquiera parámetro, los rendimientos del sistema educativo, cosa que hemos hecho en Europa, en España y en otros países europeos, con los rendimientos de los sistemas educativos; no digo de país con alto nivel de desarrollo, como ocurre con Finlandia, si no, si lo comparamos con Corea, nos damos cuenta de que tenemos algunos problemas serios.

Y lo primero es intentar comprender dónde cómo identificaríamos esos problemas. Cosa que siento muy próxima, porque también lo reflexiono desde el punto de vista de mi próxima, porque también lo reflexiono desde el punto de vista de mi propio país, de España, que nosotros hicimos una reforma hace ya años.

Yo viví muchos años en el gobierno, en los ochenta, una reforma del sistema educativo, una reforma del sistema de salud, una reforma del sistema de pensiones, en fin, para universalizar la educación, para universalizar las pensiones, para universalizar la asistencia sanitaria y ahora reflexiono sobre aquella reforma, sobre todo cuando me preguntan: ¿haría usted lo mismo ahora que hizo entonces, año 83-84 con la reforma del sistema educativo?

Digo: no, no, no, no. Si estuviera de nuevo en aquella circunstancia seguramente haría lo mismo. El problema es que entre el 83 y el 2011 el mundo cambió radicalmente y nuestras exigencias también tienen que cambiar en la formación de nuestros jóvenes, de nuestros niños y de nuestros jóvenes.

Y la formación tiene dos componentes, sin duda alguna, dos grandes componentes, que es la formación para la democracia, la formación de ciudadanos y la formación desde el punto de vista de la capacitación no sólo para la ciudadanía, sino de la capacitación para enfrentar la realidad que nos ha tocado vivir.

No digo para enfrentar el futuro. El futuro de la revolución tecnológica y de la globalización ya está detrás, así que nuestros países están corriendo por un futuro que ya está detrás. Tenemos que ganar tiempo al tiempo, eso es lo que a veces llamo situación de emergencia.

Dentro de ese orden de preocupaciones, después de presentar el informe sobre gobernanza, sobre desafíos europeos del futuro, hice otro por mi cuenta y, por tanto, con mucho más tranquilidad y mucha más capacidad de error, que no es lo mismo trabajar con 12 que trabajar uno por su cuenta, que apuntaba a uno de los grandes desafíos que tenemos, en el que no me detendré, en Europa.

En Europa funcionamos con una moneda única, el euro, al menos 17 países, y con un mercado interior sin fronteras, pero no tenemos un gobierno económico y fiscal de la Unión, así que tenemos una sola política monetaria, una sola moneda, un solo mercado con reglas y no tenemos ni la misma armonización en términos de fiscalidad, ni la gobernanza económica, de tal manera que tenemos una sola política monetaria y divergentes políticas económicas, cosa que efectivamente está agravando la salida de la crisis, dificultando la salida de la crisis, aunque se han empezado a dar los primeros pasos.

Y en esa preocupación –repito- en la que uno vive, por eso les mencionaba que pasé por Túnez la semana anterior, antes de ir una reunión sobre crisis de gobernanza a nivel mundial y a nivel local; de gobernanza de las democracias representativas también.

En esa preocupación hemos estado trabajando en un grupo, a decir el G-20, que es el reconocimiento por parte de lo que llamamos el occidente desarrollado, de que la decisión sobre el futuro del mundo, sobre la gobernanza económica del mundo no pertenece a los siete países clásicos más desarrollados, al famoso G-7; ni al famoso G-7 más uno, que incluyó por razones políticas a Rusia, sino que tiene que buscar un espacio mayor y el espacio mayor que encuentran operativo no es el espacio de Naciones Unidas, no es de 190 países intentando ponerse de acuerdo en un mecanismo de gobernanza económica y de gobernanza climática y de gobernanza de otros desafíos a nivel mundial, sino el G-20.

El G-20 es el reconocimiento de que el mundo cambió. Todavía no somos consecuentes con ese reconocimiento, porque todavía hasta hace dos meses no se ha resuelto que el voto en el Fondo Monetario Internacional de Bélgica pese más que el voto de China en el Fondo Monetario Internacional, y no parece que la realidad mundial haga comparable el peso de Bélgica que el peso de China en los temas de gobernanza del mundo.

Por tanto, siguiendo en ese análisis, hemos visto qué papel puede jugar el G-20, pero hemos descendido.

Yo hice una propuesta europea de gobernanza económica y de gobernanza fiscal para mantener la cohesión social, pero mantenerla modificando todos los factores que hacen que Europa esté perdiendo capacidad para competir dentro del mundo.

Es decir, el modelo europeo de cohesión social me parece el mejor del mundo. El gran problema que pende sobre el modelo es si es sostenible, si no tenemos capacidad de competir a nivel global.

No es la puesta en crisis conceptual del modelo, sino si somos capaces de competir.

Y verán, tanto en el primero como en el segundo trabajo, he hecho unas preguntas a mis colegas europeos, a los que tienen poder ahora, yo no tengo ningún poder ni ninguna representación a la que me hacen el encargo, me siento libre para hacerlo y realmente me han dado mucha libertad para hacerlo y a veces he preguntado a las autoridades europeas y a los líderes nacionales de Francia, de España o de Alemania, ¿tienen ustedes alguna respuesta a la siguiente pregunta?

¿Por qué 500 millones de europeos de buen nivel educativo, hablo también del buen nivel educativo en el sentido clásico del término, de los países que salieron de las dictaduras comunistas después de la caída del Muro de Berlín, porque el nivel educativo de transmisión de conocimientos era bueno.

En ese sistema sólo había un fallo que es garrafal, que la educación no se orientaba hacia el uso responsable de la libertad de los individuos, sino hacia el sometimiento de una norma absolutamente jerárquica.

Así que pasaron de una dictadura que los oprimía a una democracia que los hacía libres pero no sabían cómo usar su libertad. Ese era el gran gap de la transmisión de conocimiento del sistema educativo en los países del Este.


Pero aún así, en términos de preparación muchos de los países del Este eran países con un buen nivel de ingeniería, con un buen nivel de ciencia, con un buen nivel, como lo era Rusia también, mal nivel en el uso de las libertades para transformar ese conocimiento en iniciativas exitosas.

Pero 500 millones de europeos he preguntado varias veces cómo no han sido capaces, en los últimos 20 años, de producir ni un solo Microsoft ni un solo Google, ni un solo Facebook, ni un solo Amazone, ni una solo Twitter, cómo es posible que tantos jóvenes de buen nivel educativo no hayan tenido talento para producir fenómenos globales dentro de esta realidad globalizada, impulsada por la revolución tecnológica.

Y la verdad es que no encuentran la respuesta, yo trato de indagar en la respuesta que es bien interesante y hace unos día oía a Obama decir algo que me interesó mucho, me apasionó y después le oí decir algo parecido al director de Google y al creador de Twitter, con los que me reuní el domingo pasado en Nueva York, para hablar de la importancia que ha tenido la revolución tecnológica, la utilización de esos mecanismos de comunicación en la revuelta del norte de África y de Oriente Medio, incluso con sistemas donde no hay ni libertad de prensa ni libertad de televisión, no hay libertad de comunicación, la única comunicación libre y con riesgo es como se utiliza el twitter, cómo se utiliza cualquiera de los mecanismos de la revolución tecnológica,

Y digo, no había respuesta y Obama el otro día identificaba a su país, lo cual es bien interesante, dice nosotros somos el país de Google y de Facebook y no sé qué, nuestra manera de ser es la innovación.

Es el reconocimiento de que si puede haber un cierto nivel de hegemonía como potencia mundial de Estados Unidos en competencia con otras, China y otras más, va a ser por el factor de innovación, de capacidad de crear núcleos tecnológicos que después se difunden a nivel mundial, pero que son núcleos tecnológicos producidos, creados y desarrollados por Estados Unidos.

Europa hizo su análisis ahí en el año 2000 de qué diferencia había entre Estados Unidos y Europa y cuando analizaron el sistema educativo vieron que no había grandes diferencias; yo creo que sí las hay y por eso quiero llamar la atención y creo que no se detectaron.

Igual que analizaban por qué la competitividad de Estados Unidos era mayor en media que la europea, pero tampoco detectaron dónde estaba el problema, creían que sólo era un problema de flexibilidad, pero si sobre un panel, cosa que hecho con los europeos, y que sirve para nuestra reflexión, México y América Latina pusiéramos las 30 primeras empresas de Estados Unidos en el año 80, las 30 primeras, que casi por definición de las 30 primeras, 20 serían las 20 primeras mundiales, por la potencia de Estados Unidos.

Pero si analizamos cuáles son las 30 primeras en el año 80 y nos trasladamos al 2000, que es cuando hicieron el análisis, o no digo ya al 2010, veremos que de esas 30 al menos 23 ya no son las primeras, han sido sustituidas por iniciativas de estas que llamamos de "garaje", que tienen más capitalización bursátil, más capacidad, más y más importancia global, añaden más valor, etcétera.

Esto significa que con los defectos y los análisis críticos que hago de la sociedad de Estados Unidos, no hay que dejar de reconocer algunos de los inmensos méritos que tiene.

En Estados Unidos la movilidad ascendente y descendente está garantizada en función del mérito, de la capacidad, de la iniciativa.

La descendente también, el que no despabila no está protegido por ningún cooperativismo de élites que no lo va a dejar caer.

En Europa funciona al revés, no ha habido movilidad ascendente y descendente. Los que eran los 30 primeros hace 25 años son los 30 primeros ahora, a lo mejor ha cambiado 1.

¿Por qué? Porque no hay ninguna iniciativa de estas innovadoras que pueda tener una dimensión global que quepa en el funcionamiento ordinario del sistema.

Si hay que hacer innovación se dirigen a las 30 grandes corporaciones europeas que dicen que tienen su Departamento de Innovación, pero nunca reciben para apoyar esa iniciativa a un grupo de jóvenes que tiene capacidad de crear innovación en un núcleo tecnológico propio en biomedicina, en biotecnología, en nanotecnología, en tecnologías de la información, en energía limpia, nunca. Eso ya está predeterminado.

Por tanto, la estructura del poder, no hablo de ideología, no estoy hablando de ideología. La estructura de poder es una estructura que inmoviliza la capacidad de iniciativa ascendente y descendente.

¿Tiene algo que ver esto con una reflexión sobre el sistema educativo?

Me temo que sí, porque en realidad donde nace la posibilidad de ser creativos y de tener iniciativas que sean capaces de añadir valor a los demás es en la formación, en la escuela, en la educación y en el ambiente cultural que rodea a los niños, a las niñas, el ambiente cultural que define medios de comunicación, etcétera.

Si uno piensa en la democracia actual llega a algunas conclusiones. Vamos a la democracia actual que tienen problemas de gobernanza.

Yo estoy convencido de que el problema de los dos años de ejercicio del poder de Obama más interesante, es que todos sabemos que sus márgenes para hacer reforma han casi desaparecido, no tiene menos poder formal como presidente de Estados Unidos, que el que tuviera el anterior o el anterior del anterior, tiene el mismo poder formal.

Pero en términos de poder real, de autoridad para ejercer el poder, tiene la misma que cuando arrancó su periodo de gobierno. No parece.

Cuando arrancó era requerido como todos los gobiernos europeos, para salvar al sistema financiero en crisis de sus propios errores, no de los errores de los demás, de sus propios errores.

Una vez hecha la operación de salvamento con recursos públicos ingentes, es decir, con dinero del contribuyente, etcétera; una vez hecha esa operación de salvamento ya no quiere que interfiera en ningún tipo de reforma del sistema financiero que lo haga previsible para el futuro y evite la siguiente crisis del sistema financiero, que si no cambian la regla se producirá inexorablemente. A eso llamo pérdida de poder, aparte de la reforma al sistema sanitario y de alguna otra que probablemente, incluso con el éxito parcial que tuvo volverá atrás en la nueva relación de fuerza de Estados Unidos.

Por tanto, tenemos en la democracia el impacto de fenómeno que son nuevos. Gobernar, entre otras cosas, para tener la responsabilidad de educar, nos va a exigir comprender que la democracia es la democracia de la pluralidad de las opciones o de las ideas. Con frecuencia, y en España es muy exasperante, se confunde pluralidad con diversidad.

La pluralidad se refiere al terreno de las ideas, no existe democracia sin pluralidad de opciones y alguna vez en una comparecencia en el Instituto Federal Electoral se me ocurrió decir que la esencia de la democracia antes que la alternancia es la aceptabilidad de la derrota, y se creó una cierta confusión.

La democracia es un sistema peculiar que a veces ideologizamos, y que cuando no funciona creemos que lo que fracasa es la democracia. No somos capaces de atribuir la responsabilidad a nuestros representantes y no al sistema de selección y de reglas de juego que es la democracia. La democracia no es una ideología.

Si queremos educar a los ciudadanos para la democracia lo primero que tenemos que hacer es no ideologizar la democracia, no es una bandera de unos contra otros diciendo yo soy demócrata, tú no eres demócrata, y sobre todo no hay que asumir un riesgo inútil.

Era muy crudo lo que decía entonces, por lo repito ahora en el IFE: la democracia es mucho mejor sistema que cualquier otro porque nos permite quitar a los gobiernos que no nos gustan.

No nos garantiza el buen gobierno más que a largo plazo. A largo plazo sí, porque a nadie le gusta que lo derrote, por tanto el riesgo que no tiene nunca un dictador salvo en una revuelta como la que estamos viendo en el norte de África o como la que hubo en Europa.

Como no nos gustan que nos derroten, tratamos de mejorar nuestras prestaciones. Los dictadores enloquecen y creen que sus intereses son los intereses de todos.

Esa es la superioridad de la democracia, por tanto la primera aproximación es que hay que aceptar una sociedad con pluralismo. Siempre hay un problema, es decir, cuáles son los valores éticos, incluso los valores morales de la democracia, y yo en esto, también respondiendo a una pregunta aquí en México dije por convicción que el único parámetro para medir la moral pública es el cumplimiento de la ley. El resto son actitudes personales, individuales.

Los valores son individuales, y esos valores individuales a veces impregnan a la comunidad, y tanto mejor, porque son valores que también tienen dimensión de relación social, pero en realidad el cumplimiento de la ley, y cuando no sirve cambiar la ley para cumplirla es la única moral pública exigible.

Digamos, el mínimo común ético que define a una ciudadanía es el cumplimiento de la legalidad. Yo hace muchísimos años que vengo a México, antes de que se muriera nuestro protector Franco, él nos administró dictatorialmente durante 30 y tantos años, ya venía por México.

El último país además que reconoció al régimen, se reconocía todavía en el 73 al gobierno de la República, que era obviamente inexistente, pero México lo reconocía.

Ya en esa época yo venía por México y me entusiasmaba México. ¿Y qué me entusiasmaban? Algunas cosas que sigo observando hablando de ciudadanía y de educación para la ciudadanía. México tiene una ciudadanía, la definiré si no se me interpreta mal una ciudadanía con un fuerte arraigo del patriotismo mexicano.

Los mexicanos son mexicanos desde sus tripas, desde su corazón. Pero al mismo tiempo, no crean que no es un valor añadido, es una cosa bien importante esto que es un sentimiento.

En pocos sitios del mundo se grita con tantas ganas ¡Viva México!, incluso ¡Viva México! Desde la desesperación. Sí, desde la desesperanza también se grita ¡Viva México! Junto a eso, que es un fantástico factor de ciudadanía, junto a eso hay una profunda desconfianza sobre si el cumplimiento de la legalidad es una regla válida para todos.

Eso que oímos en todos los discursos del apego a la ley, bueno, todo mundo lo dice. Ahora, si hiciéramos de verdad un cualitativo habría que ver cuántos mexicanos lo ven.

Por tanto, donde hay que poner énfasis es en lo que significa el cumplimiento de las reglas de juego establecidas, que no es otra que la ley, para definir el mínimo común ético de ciudadanía exigible.

Y esto es lo que yo creo que es fundamental para la formación de ciudadanos desde la escuela. Pero, atención, formar a los niños en el respeto a la legalidad significa que todo el mundo, todo mundo mayor que ejerce liderazgo de todo tipo son, es un referente o la mayor parte de la gente es un referente para los niños en términos de cumplimiento de la legalidad; si no, lo que diga el libro de texto, como nos pasaba a nosotros durante el franquismo, que era educación del espíritu nacional, eso lo consideramos una de las asignaturas que les llamábamos Las Marías; bueno, que uno oye pero en la que no cree. Por tanto, tiene mucha trascendencia.

La democracia tiene un componente de pluralismo. En la esencia de la democracia liberal, en el sentido original del término, no me confundan, no estoy ideologizando el liberalismo; el fundamento de la democracia, el fundamento como se fundó era ese movimiento de liberalismo, soberanía del pueblo y ciudadanía, por muy restrictivo que fuera el voto, que era censitario, era censitario en algún momento, no era universal, durante mucho tiempo no votaba la mitad de la comunidad, por lo menos que eran las mujeres, etcétera, etcétera.

Pero el fundamento de la democracia era la aceptación y el respeto a la pluralidad de las ideas. Pluralidad de las ideas que se expresan en la democracia representativa a través de corrientes organizadas a las que llamamos partidos políticos; pueden llamarla plataformas ciudadanas, lo que quieran, partidos políticos.

El respeto a la pluralidad de las ideas se consolida en mayor medida mientras menos es el grado de transfuguismo personal de los líderes.

Por tanto, esto impregna más que lo que cuenta el maestro en la escuela, impregna a la sociedad, y yo creo, soy convencido de que una persona tiene derecho en su vida de cambiar de posición política, peor no tiene derecho a cambiar de posición política por intereses personales y no de convicciones políticas o de intereses generales.

Eso desgasta mucho el fundamento de la credibilidad de una ciudadanía que se expresa a través del pluralismo de las ideas.

Pero en las sociedades complejas y México lo es originariamente, y ahora todas las del mundo lo son, incluso las aparentemente más homogéneas, por ese fantástico fenómeno de los movimientos migratorios, la democracia para ser incluyente tiene que ser capaz de integrar dentro de los juegos la diversidad.

Diversidad de sentimientos de pertenencia, que son étnico-culturales, étnico-religiosos o incluso sociales. Sentimientos de pertenencia a distintos sectores de una sociedad compleja desde el punto de vista de la diversidad.

Para eso hace falta también una educación, para respetar al otro, respetar la otredad, pero respetarla desde el diálogo, desde el conocimiento de la otredad y respetarla.

He visto en todo el seminario cruce una línea transversal muy interesante, que es la formación en la tolerancia. Yo creo que la tolerancia es siempre superior a la intolerancia, pero creo que hay un tipo de tolerancia que es una forma de arrogancia que soporto mal.

Hay un tipo de tolerancia, no, si yo comprendo que bueno, que esto es culturalmente soy distinto y lo respeto. No, lo respeto en lo que es respetable, más yo soy intolerante, claro, sí, y trato mediante el diálogo de comprender al otro, pero no soy tolerante cuando me hablan en África como con su costumbre, como cultura ancestral de la ablación de clítoris de las niñas, no soy tolerante, lo siento mucho, ahí no llega mi tolerancia, para que no se transforme en una arrogancia que me lleve a decir esos son así, hay que respetarlos.

Porque el fundamento de la ciudadanía es la aceptación del paquete de derechos y de obligaciones que nos hace iguales constitucionalmente ante la ley.

Entonces, la aceptación de una desigualdad discriminatoria que afecta a derechos básicos de cualquier ser humano en cualquiera de las comunidades que integran una sociedad diversa o es una aceptación arrogante y no tolerante, tolerante en el sentido de arrogancia o es inaceptable desde el, punto de vista de la convivencia.


Por tanto gobernar la diversidad, gobernar y por tanto inocular en la formación, en la escuela, en los medios de comunicación, en el ambiente familiar y social que es la educación, gobernar sobre intereses contrapuestos, no cabe duda de que los intereses son múltiples y normalmente contrapuestos, intereses de los trabajadores que no coinciden con los demás empresarios, intereses de grupo que no coinciden con los intereses de otros grupos y gobernar sobre un fenómeno nuevo.


Miren, más que un Estado nacional o federal, conectado con lo global, el fenómeno que estamos viviendo es lo local pequeño conectado con lo global.

Cuando hablaba con los muchachos de Google y de Twitter, que se habían desplazado, me impresionó la audacia que se habían desplazado a ver a lo que todo mundo conoce como los blogueros de las revueltas en el mundo árabe, blogueros de Túnez, blogueros de Egipto, blogueros de Irán, blogueros de Afganistán y estos muchachos se han metido, con un cierto nivel de riesgo, en esos campos para saber cómo estaban operando esos muchachos,

Me dieron por cierto una frase que me llenó de contento, me dicen "hemos llegado a la conclusión de que el gran motor de la innovación es la necesidad".

Así que nosotros hemos puesto este instrumento en manos de todo el que ha querido usarlo, pero hemos descubierto que la capacidad creativa e imaginativa para usar este instrumento de forma que nunca habríamos sospechado, ha nacido de la necesidad de comunicarse de estos muchachos, que viven sin prensa libre, sin televisión libre, sin raido libre, sin medios de comunicación a través de los cuales puedan expresar sus aspiración es.

Pero el fenómeno interesante es que un muchacho perdido en un pueblecito o en un pueblo de la costa de Túnez o del Cairo se comunica con otros jóvenes de su localidad y de su país, pero se comunica también con los medios de comunicación globales.

La única información contrastable que se tenía era que el que estaba en medio de la revuelta y pasaba el mensaje de lo que estaba pasando en ese momento, cuando no había ningún observador internacional, cuando no había presencia de ningún testigo internacional y cuando la versión oficial no tenía nada qué ver con lo que estaba pasando.

Por tanto, se convertían de actores locales y agentes globales para comunicar la información, exactamente lo mismo ocurre con iniciativas emprendedoras, desde lo local se pasa a lo global y los estadios intermedios, hasta el propio estado-nación vive la angustia de que gobierna un territorio que está en crisis de gobernanza porque lo desbordan los desafíos globales a los que se tienen que enfrentar.

Entonces gobernamos sobre pluralismo democrático, pluralismo de ideas; diversidad de sentimientos de pertenencia en todos los aspectos que he dicho; conflicto de intereses inevitable en cualquier sociedad, en cualquier comunidad y gobernamos sobre lo local que se comunica más fácilmente con lo global que con lo que ocurre en otro estado del mismo país o en otra región del mismo país, que no hay barreras para esa comunicación.

Y gobernar sobre todo eso exige hacer un proyecto nacional, que aunque no todo el mundo lo vote, todo el mundo se sienta concernido por ese proyecto nacional.

Esa es la parte de la política que tiene una dimensión difícilmente comprensible y que a veces cuando veo gente que conozco muy bien, que tienen una gran experiencia empresarial y que creen que gobernar un país es como gobernar una empresa, no se equivocan.

No se dan esos conflictos de intereses, esa diversidad de sentimientos de pertenencia, ni la pluralidad de las ideas.

Así que cuando uno trata de trasladar los elementos de gobernanza empresarial a los elementos de gobernanza de país, confunden el consejo de ministros, como le pasa a mi amigo Berlusconi con el Consejo de Administración de sus empresas y confunde el parlamento con la Asamblea de Accionistas de sus empresas.

Si tengo mayoría, mando en el consejo y mando en la asamblea. Eso o es posible para gobernar a un país.

¿Cómo se traslada a esa nueva realidad en mis preocupaciones al proceso educativo?

Daré algunas pistas, no muchas, pero algunas de las que me inquietan.

Nosotros tratamos de mejorar la cantidad y la calidad de conocimientos que transmitimos.

Los primeros pasos en el sistema educativo, a mi juicio, son claves para la formación de ciudadanos, mucho más que para la transmisión de conocimientos más o menos especializado.

La infancia, la primaria tiene que ayudar sobre todo a convivir con el otro, a convivir respetando unas reglas, a convivir acepando la otredad, aceptando la diferencia, dialogando con la diferencia, a convivir respetando las leyes para vivir ordenadamente y pacíficamente en sociedad.

Pero el proceso educativo continúa hoy día continúa hasta el último día de la vida, no es ya ni siquiera un proceso educativo en los ciclos o en las fases clásicas. Después estará la secundaria, en cualquiera de los países se llama de manera diferente después de la primaria, incluso la preescolar, la primaria o la secundaria, de la formación profesional y la formación universitaria, todo el ciclo.

Y en todo el ciclo tienen que ir incluidos elementos valóricos, pero elementos valóricos de la convivencia, de la formación de la ciudadanía.

Ahora, de verdad como dirigente de los procesos educativos, como responsables últimos queremos formar a ciudadanos con capacidad crítica, es decir, con capacidad para discriminar de acuerdo con las propias reglas del sistema lo que les conviene o no, lo que les gusta o no les gusta y, sobre todo, queremos incluir dentro de nuestro sistema educativo un proceso continuo de transmisión de conocimiento y de entrenamiento para usar el conocimiento y poderlo transformar en una oferta que añada valor a los demás, que esa es una de las diferencias con el sistema anglosajón que siempre me perturba, es una educación sólo pasiva, de acumulación de conocimiento con los que uno cuando sale incluso de la educación superior o de la universidad dice: bueno, ya tengo los conocimientos, ahora tengo que aprender a usarlos. Y tiene uno ese sentimiento, de orfandad, de haber sacado incluso muy buenas calificaciones o tener un buen máster y enfrentar a la vida y decir: ¿y con este conocimiento qué hago? Ahora tengo que aprender a usarlo.

Cuando el aprendizaje, el entrenamiento para su uso tendría que ser desde los primeros pasos. No quiero que se cofunda nadie cuando digo que uno tiene que saber utilizar el conocimiento que va adquiriendo para transformarlo en una oferta que añada valor.

En nuestro sistema la formación sigue siendo hasta el final una demanda titulada con conocimientos. Quiero que alguien me resuelva la vida en función de lo que este título dice, y quien te resuelve la vida siempre es otro. Un referente que puede ser el poder o que puede ser…

Les cuento una anécdota reveladora de lo que quiero decir: me reuní con los rectores y los decanos de las distintas facultades de Andalucía, de mi tierra natal, que está llena de universidades y de campus, y que como en toda la extensión del modelo universitario cuando se da más acceso a veces se pierde la vista la necesidad de la excelencia.

Y estuvimos analizando distintas experiencias. Había una escuela de formación empresarial de nivel universitario. Era muy interesante porque el decano de la escuela estaba muy orgulloso de la calificación, de los títulos de los egresados de la escuela, de la calificación que se hacía por todas las mediciones.

Y le hice una pregunta que era estúpida para las circunstancias. ¿Cuántos de los muchachos y de las muchachas que salen con un título de formación en empresariales quieren hacer una empresa? Y me dice 14 de cada 100, ¿y el resto qué quieren ser? Quieren ser funcionarios de buen nivel de la comunidad autónoma, del gobierno de la región o de la localidad o del Banco de Santander.

Bueno, aunque sea muy buena la formación la educación, en cantidad y calidad de conocimiento la conclusión es que tenemos que cerrar esa escuela.

Y me dice: pero cómo, si estamos fantásticamente bien calificados. Digo: vamos a ver, para trasladar nuestra manera de analizar a una realidad distinta que conocemos. Si hiciéramos una Facultad de Medicina, que de cada 100 licenciados sólo 14 quisieran ser médicos, qué diríamos. Ahí es que parece evidente, si sólo 14 quieren ser médicos hay que cerrar la facultad, no está funcionando.

Pero si se están formando en Ciencias Empresariales no hay preocupación, y cuál es el problema. El problema es que además de cantidad y calidad de conocimientos hay que introducir un esquema de entrenamiento para el uso de esos conocimientos en todas las materias, incluso en la convivencia para que uno sepa transformar en oferta que añada valor lo que está recibiendo del sistema educativo, tanto del sistema arreglado como de la convivencia en la sociedad.

Y cada vez que hablo de añadir valor, todo el mundo piensa que estoy pensando sólo en términos económicos, y como el ciclo está dedicado en educación en valores ¿estará hablando sólo en términos económicos? No.

Les recuerdo que Antonio Machado, que como decía algún periodista, influía mucho en mi juventud, es verdad. El poeta Antonio Machado influía mucho en mi juventud, aunque me lo descalificó Borges una vez que me fue a vivir a la Presidencia, al gobierno. Dice: Ah, sí, Antonio Machado, ese poeta menor. Y la verdad es que me dolió muchísimo, porque yo lo adoraba. Pero lo respetaba porque era el carácter de Borges que prefería al hermano. Yo la verdad es que el hermano era muy buen poeta, pero como el hermano estaba más bien con Franco pues a mí no me gustaba tanto. Pero era muy buen poeta, tan bueno como el otro.

Por tanto él decía una cosa fantástica que quiero aclarar para no salirme del carril de lo que supe la educación en valores. Cuando digo que la gente tiene que saber usar su conocimiento mediante un entrenamiento para transformar el conocimiento en oferta que añada valor a los demás. Recuerdo con Machado que "todo necio confunde valor y precio", por tanto que cuando hablo de valor, hablo de valor y recuerdo esas viejas canciones populares que seguro que a todo el mundo le suenan, que lo que más vale no tiene precio.

Lo que más vale en la vida es aquello a lo que uno no le puede poner precio. Por tanto, estoy hablando de valores con o sin retribución, con o sin precio, pero el entrenamiento, para añadir valor a los demás, para tener una dimensión social de lo que uno ha aprendido y del conocimiento que tienen, es fundamental para el éxito ante la sociedad y de la sociedad ante la realidad global en la que vivimos, y eso es fundamentalmente una de las carencias del sistema educativo del país al que pertenezco.

Salir de la universidad, de todo el ciclo, o salir de la primaria o de la secundaria o de la formación profesional, sin tener conciencia de qué oferta es uno con el conocimiento que tiene y conciencia de oferta significa qué valor añade a los demás, aquello que uno posee como conocimiento, esto no es sólo transmisión del conocimiento, esto es entrenamiento para usar el conocimiento añadiendo valor a los demás y, por tanto, a uno mismo.

Esto es, creo que uno de nuestros problemas.

Ese problema se traslada a algo que es fundamental, que era la respuesta a la pregunta que la hacía a los europeos cuando acababa el informe y me reunía con ellos, les decía: por qué en Europa no hay iniciativas de éstas que nacen, grupito de chavales con poco dinero, que son geniales, que descubren una innovación o un núcleo tecnológico y que estallan en un fenómeno global, por qué no.

Por qué todavía no somos capaces de considerar el fracaso de una primera experiencia como un entrenamiento para tener éxito en la segunda o la tercera.

Por qué en mi país al que fracasa se le pone el pie en la cabeza para que no la levante más y al que tiene éxito se le pone también en la cabeza o se le tira de los zapatos porque ha crecido demasiado.

O sea, ni me gusta que tenga éxito, que qué tiene éste que no tenga yo, y si fracasa lo marginan.

Tenemos que cambiar esa cultura para ayudar a los muchachos no sólo a tener cantidad, a los muchachos y a las muchachas, cantidad y calidad de conocimiento, sino para entrenarlos para saber qué hacer con ese conocimiento.

La sociedad mexicana en eso es una sociedad fantástica, no suficientemente aprovechada desde que la conozco. Porque hay infinidad de jóvenes que quieren montárselos, que quieren busca su propia salida, que sienten la necesidad de ser ellos los que construyan su propia vida, pero el ámbito cultural en el que se desenvuelven no les da oportunidades para hacerlo.

Yo goberné durante 14 años, con eso voy a terminar. El primer año, el primer periodo iba con un programa en el que prometía crear 800 mil puestos de trabajo, que no eran pocos para una sociedad que estaba en un proceso como el de ahora de destrucción de empleo y en una crisis muy profunda.

A los cuatro años repetí mayoría parlamentaria, mayoría absoluta, pero no sólo no había creado 800 mil puestos de trabajo, sino que se habían destruido 800 mil puestos de trabajo.

Y cuando llegué al segundo programa nunca más se me ocurrió decir: "voy a crear 800 mil, ni 700 mil, ni un millón de puestos de trabajo". Por tanto, nunca más.

Pero en el segundo periodo se crearon un billón 300 mil puestos de trabajo, ya no estaba en el programa, porque es muy fácil tener la tentación cuando se gobierna, de poner sobre el papel que se van a crear un millón de empleos, 800 mil empleos, porque no se piensa que el empleo lo dan los empleadores y que el Estado no es empleador, simplemente.

Por tanto, lo que hay que crear desde el sistema educativo es la voluntad de desarrollar las iniciativas emprendedoras que generen riqueza y que regeneren empleo.

Esto es someter a la sociedad a las reglas del mercado, no, les diré una cosa, porque nadie se confunda, yo creo en la economía de mercado y rechazo la sociedad de mercado.

La sociedad no cabe entera en el mercado, cuando se confunde la economía de mercado con la sociedad de mercado, vivimos momentos tan dramáticos como los que estamos viviendo con la implosión del sistema financiero y sus consecuencias de recesión de la economía global.

Cuando lo único que tiene valor es abusar de un mercado sin reglas no para crear riqueza, que siempre tiene mérito, sino para creando una riqueza ficticia, aumentar las desigualdades y crear desigualdades lacerantes, que es lo que ha pasado con las consecuencias de la crisis financiera, ese no es el mercado que defiendo, esa es la sociedad al servicio del mercado y no el mercado al servicio de la sociedad.

Como lo he defendido siempre a contracorriente dentro de mi tribu, digo, esa ha sido mi experiencia y cuando me preguntan por la educación, la educación no es más que un sistema de redistribución del saber, que tiene el problema que acabo de decir y otro que no es menor, en la sociedad estamos viviendo.

En la sociedad que vivimos por primera vez en la historia del ser humano los niños, los jóvenes enseñan a los mayores. Por primera vez es un fenómeno cuyas consecuencias todavía no medimos, es el fenómeno de que uno se siente perteneciendo a una generación a la que vamos a llamar la generación de la inteligencia analógica y ve que los jóvenes pertenecen a una generación cuya inteligencia está digitalizada.

Así que le tienen a uno que explicar, aunque tengan 12 años, cómo se maneja esa conexión con internet. Con Powell estuve hace poco tiempo y él me decía: no tengo más remedio que pasar de estos mensajes clásicos a Facebook, porque es la única manera que tengo de comunicarme con mi nieto, porque ya me han dicho que me quería antiguo con eso, que cambie.

Y cuando le dicen que cambie al buen Secretario de Estado Norteamericano dice, que cambié, nosotros te enseñamos abuelo y ahí le cambian el sistema y lo pasan a Facebook.

¿Saben lo que significa eso? Que por primera vez en la historia del ser humano los mayores que quieren aprender, que no son todos, tengan que acudir a los hijos o a los nietos para aprender.

Pero para valorar eso que he visto también en el programa, claro que hay que educar para manejar el internet. Los muchachos lo van a manejar en cuanto a que tengan un aparato adelante, aunque no haya un maestro que se lo explique, ya van a aprender a manejarlo, pero no para navegar perdiéndose en la red, sino para saber utilizar la red para emplear su conocimiento como oferta que añada valor.

Lo que me importa de ese manejo es que un joven talentoso sea capaz de expresar a través de la red, desde una localidad remota de cualquier rincón del mundo, al mundo, qué oferta tiene y que valora añade esa oferta.

Qué es lo que han hecho a modo de revuelta los jóvenes del norte de África y de Medio Oriente para comunicarse con su sociedad, pero para comunicarse con el mundo.

Estas son nuestras aspiraciones, esto es lo que queremos, aunque no sabemos cómo meter al genio que sacamos de la botella, que derribó a los dictadores, en un cauce razonable de democracia representativa y gobernable.


Muy bien, no quiero darles más la lata, porque ya tengo dos preguntas, no sabía si ese era el procedimiento, pero tengo dos preguntas sobre la mesa.

Verán, les recuerdo mi preocupación. Mi preocupación es que la variable estratégica más importante de la que disponemos, sobre todo un país como México, con un bono demográfico extraordinario, son los jóvenes; que es lo que se llama en términos de mercado el capital humano.

Si no hacemos de eso una prioridad, prioridad de prioridades, con un consenso nacional dentro del pluralismo democrático, para dedicar el esfuerzo que haya que dedicar, consensuado quiero decir porque no puede haber un modelo educativo que cambie cada seis años. Para que sea un modelo educativo consistente tiene que tener vocación de permanencia. Si no hacemos eso no estamos utilizando con responsabilidad nuestra representación de los ciudadanos.

Por tanto, no estamos utilizando con responsabilidad el voto que es una transferencia de soberanía a proyectos y apersonas de soberanía personal. Uy, hay muchas, nos vamos a quedar aquí hasta el domingo.

Bueno, veré si soy capaz de administrarla.

Bueno, muchísimas gracias.

Aquí voy a parar porque ahora voy a contestar las preguntas.

Me preguntan. Viva México, ¿pero cuál sería una solución para que creamos en la legalidad y en el cumplimiento de la ley?

Bueno, ahí realmente hay una solución que es de ciudadanos críticos, que es exigirse a sí mismos cumplir la ley, que es de ciudadanos críticos con el sistema decir, cosas que me ocurre a veces en los encuentros de formación con los jóvenes a través del diálogo.

Los jóvenes, como es natural, tiene una actitud de rebeldía y protestan de todo y se quejan de todo, pero pocas veces se preguntan asimismo, ni los que se reúnen con ellos, que se reúnen en forma de adulación de la que hay que desconfiar, es decir, el futuro está en manos de los jóvenes. Pues claro, de quién va a estar, ¿de los viejos como yo? Pero no puede estar en mis manos, estará en manos de los jóvenes.

Por tanto, eso es una obviedad. Pero qué se esconde detrás de esa obviedad, espérense ustedes un ratito, no empujen, que ya tendrán tiempo de llegar a ese futuro, mientras tanto déjenme que yo lo use.

Por lo tanto, no hay que dejarse engañar, pero yo muchas veces en esas reuniones les digo: ¿tú estás dispuesto a cumplir estrictamente con tus obligaciones para exigir tus derechos con fuerza? ¿Estas, por tanto, a ser un ciudadano crítico, empezando a ser crítico contigo mismo? Es decir ¿en qué respeto la norma?

Es decir, por ejemplo, ¿cómo agradezco y devuelvo a la sociedad el que me dé una formación gratuita, incluida la universidad? ¿Cuál es el grado de respeto y de exigencia conmigo mismo que me impone eso que la sociedad me regala con el esfuerzo de todos?

Por tanto, hay que ser muy crítico con los que incumplen la legalidad, muy críticos y muy exigentes. Y se puede ser muy crítico y muy exigente desde el punto de vista del ejercicio del voto, pero también del ejercicio diario de la ciudadanía.

Posible opción, segunda pregunta, reclutar a los jóvenes que no se pudieran insertar en el nivel medio superior, reclutarlos para el ejército.

No sé si es una opción, pero imagínense para una sociedad de más de 100 millones de ciudadanos, con una edad media de 30 años, realmente el ejército necesitaría, me parece tan noble la tarea como cualquier otra, pero el ejército necesitaría 350 mil, 350 mil para unas cortes de jóvenes que desbordan con mucho eso, no resuelve el problema y, desde luego, tampoco lo resuelve que todo el mundo se vaya al ejército.

El ejército ha dejado de ser la mil y obligatoria al último país europeo que lo ha aceptado, que ha sido Alemania, que entra en vigor este año.

Que no sé si es una buena decisión o no, créanme, cuando me oyen los jóvenes en mi país me quieren quemar, porque nadie quiere hacer la "mili", ni los jóvenes, ni los padres de los jóvenes quien que sus hijos quieren que sus hijos vayan al servicio militar, pero es un elemento de ciudadanía curioso, porque cuando la "mili" no es obligatorio para todos, si el reclutamiento no es obligatorio o por sorteo a la "mili" van los que no tienen más remedio que ir. Los que se pueden escapar por arriba se escapan, es decir, se compran de un u otra manera su libertad.

Por eso no me gusta tanto el reclutamiento, que llaman voluntario, por llamarle de alguna manera, y mucho menos cuando veo que para tener ciudadanía o incluso derecho de residencia un buen camino en Estados Unidos es integrarse en las Fuerzas Armadas e irse a Irak o irse a Afganistán. Y a veces me produce dolor, espero que no haya ningún tinte demagógico, ver que cuando un muchacho de éstos ha muerto en unos combates de guerra, a veces ni siquiera legales, entonces les reconocen la ciudadanía y el derecho a su familia para residir, y eso me revuelve el estomago.

¿Qué opinión tiene del sindicalismo en México? Es decir, puede un país educar en valores democráticos con un sindicato que no lo es. La verdad es que creo que hay un sindicalismo muy diverso en México y puede haberlo de todo tipo.

Si hay uno que no es democrático, el que sea, en cualquiera de sus variantes la obligación de ustedes es estar en ese sindicato para hacerlo democrático. Eso es lo que decía antes. Ya sé que es difícil. Cuando yo estaba en la universidad, digamos que no había mucha gente, la universidad en aquellos años, que ya hace muchos. Pero la Facultad de Derecho seriamos 470 estudiantes, que era menos de los que había en primer curso cuando yo era Presidente del Gobierno, en la misma facultad de Derecho de mi misma ciudad, de Sevilla.

De los 450, que de verdad estuviéramos dispuestos a arriesgar algo. Para vivir en libertad habíamos 15 ó 20 de los 450.

Por tanto la consecuencia cuál fue. Franco se murió en la cama, no lo sacamos como a Mubarak. Yo oí a veces una cuestión como ésta: pues sí, no vivimos en democracia, no tenemos libertad para expresarnos, vamos a intentar cambiar las cosas. Y cambiar las cosas con los mecanismos que tenemos, que son mecanismos democráticos. No, aquí no que eso no tiene arreglo. Si no le gusta haga otro sindicado. Es muy difícil. Sí, como todas las tareas son difíciles, pero hay una cosa que aprendí a lo largo de los años.

Lo único que realiza un ser humano en la vida es el compromiso lo menos mercenario posible con algo. Si es con la música con la música, si es con una organización no gubernamental con una organización no gubernamental. Si es con la política con la política. Digo lo menos mercenario posible.

El compromiso que de verdad pide poco a cambio produce satisfacción vital. Así que comprendo la rebeldía de la juventud y le sugiero a todos los jóvenes que sean rebeldes consigo mismo, para después ser rebeldes con lo demás y cambiar lo que no nos gusta.

¿Cómo se ve a México respecto a su educación básica? ¿Se necesita más formación para los maestros y que sepan transmitir esos valores? desde mi perspectiva, que no es de un conocimiento profundo de la realidad en México, la respuesta es: sí, se necesita mucha más formación para los dicentes y lo docentes. Se necesita mucho más entrenamiento y modernización del ciclo de preparación de los maestros, pero de los maestros y de los profesores de enseñanza media y de los profesores de universidad. Para todos hay que aumentar y actualizar el conocimiento, y hay que actualizarlo porque el mundo cambió demasiado rápido.

Y por qué he dicho algo que es un riesgo también para los maestros y lo dije antes: aprendemos de los jóvenes.

Y veo en mi propio país que algunos de los maestros, de los profesores se resisten a que entren en sus aulas computadoras porque saben que sus alumnos las manejan mejor que ellos. Esa sí es una realidad social, y no solo eso, saben, y ya me coloco en la universidad, que el mejor profesor que tienen en la universidad de referencia de química a veces no puede competir con la clase de química que el muchacho interesado o la muchacha interesada puede encontrar a través de internet en cualquier universidad del mundo.

Por tanto, estamos en una competencia durísima que exige que mejore la prestación y la dignificación de la profesión de maestros.

¿Saben ustedes? Les contaré una anécdota que expresa mejor que nada lo que quiero decir. Visité Finlandia, que tienen el mejor sistema educativo del mundo, según toda las evaluaciones, conseguido en 15 años, no crean que es de toda la vida, perdieron la mitad de su riqueza con la caída de la Unión Soviética y decidieron reformar su sistema educativo, están teniendo bastante éxito; no hay más que pensaren Nokia, tienen un 70 por ciento de ingeniería China allá Nokia; son un país de 4, 5 millones de habitantes y llegué de visita ahí y me acompañaba una chica joven diplomática de carrera, que adscribieron durante la visita que me acompañara, estuve charlando con ella y tal, y le pregunté por curiosidad por qué optaste por entrar dentro de la carrera diplomática; atención, me dijo: "porque no tenía puntuación suficiente para ser maestra o profesora de instituto".

Atención, estoy diciendo algo que es muy serio. Y no es un problema de cuánto ganan, que ganan una retribución digna, no, no; es un problema de estatus social. En Finlandia la profesión más apreciada es la educadores de niños y niñas por tanto los que no pueden llegar, no me suban más… a qué son tres minutos, ya, para eso sí suba; a los tres minutos suba otra vez.

Respondo con eso a la inquietud sobre el magisterio, tiene que haber mucha más exigencia de reciclaje y de preparación permanente, pero tiene que haber un estatus social de apreciación incomparable con el ejercicio de cualquier otra profesión.

¿Lo tenemos en nuestros países? No, la verdad es que no. Honradez y transparencia como valores.

¿Qué hacer con tanta corrupción en México –me dicen- como valores democráticos? Pues esto es un antivalor; no sólo es un antivalor, es un elemento, está en todas las sociedades, en mayor o menor grado, es un elemento destructivo de los valores y de la confianza en el funcionamiento del sistema.

Algunas veces sugiero, para que mejore la prestación de la democracia, para que aumente su eficiencia y su transparencia, que se utilicen las nuevas tecnologías, porque las nuevas tecnologías dan muchos instrumentos.

Por ejemplo, uno podría conocer los ingresos y los egresos, que eso normalmente se hace en público, del Estado en el que vive o de la entidad, de cualquier nivel, en la que vive, eso se hace en público, se han aprobado; estos son los ingresos, estos son los egresos.

Pero con un pequeño software, que ya existe, se puede saber día a día cómo se van cumpliendo los ingresos y cómo se van ejecutando los egresos, día a día. Y día a día se puede uno preguntar por qué tarda tanto en ejecutarse esta obra necesaria para cruzar el río, por decir algo.

¿Por qué tarda tanto? ¿Por qué no se ejecuta con transparencia el presupuesto?

No estoy proponiendo eso para México, para cualquier país que se atreva en el mundo a ejercer transparentemente el ejercicio presupuestario, porque la voluntad de cualquier gobierno democrático del mundo, la voluntad de trasladar a hechos reales su programa, es la voluntad que se expresa en los ingresos y en los gastos de ese gobierno.

En cualquiera de los niveles es posible hacerlo transparente, mientras mayor sea el grado de transparencia más difícil es introducir elementos de corrupción.

Por tanto, lo que propongo a los ciudadanos es que exijan transparencia en el funcionamiento de las instituciones representativas, que cuando un proyecto se pare inexplicablemente durante 10 meses, se pueda preguntar desde el primer día por qué se paró, donde está el freno, en cuál de los escalones administrativos y/ o representativos se produjo la parada y si es a cambio de algo o no.

Ante su propuesta de qué queremos del tipo de egresados de la universidad en palabras directas, ¿qué les puede decir a nuestras autoridades?

Les digo algo que me van a perdonar, seguro voy a tener que pedir excusas, pero no quiero que nadie se ofenda, pero lo digo en mi tierra también: yo espero de las universidades que sean la vanguardia del futuro y que sean capaces de explicarle a los jóvenes que se están formando en la universidad que enfrentan un futuro nuevo, lleno de incertidumbre, pero también lleno de oportunidades y que expliquen algo que es elemental, que es la tarea de maestros con mayúsculas, no de maestros de primaria, sino de maestros, de esos que cuando uno tiene mi edad recuerda de la universidad o de la enseñanza media.-

Es decir, tuve muchos profesores, pero maestros, maestros, tuve dos. Aunque uno mediera química, ¿por qué lo consideraba maestro? Porque en términos mexicanos me enseño a pararme ante el mundo y eso no era química, era maestría.

A veces en lugar de crear espacios de oportunidad, lo que podríamos llamar utopías del futuro que se nos abren, en muchas de nuestras universidades se siguen predicando las utopías del pasado que ya fracasaron y lo que quiero son espacios de vanguardia para la universidad, para que abran a los jóvenes al futuro que tenemos que conquistar, para nosotros mismos, para nuestros países y para nuestros hijos. Ese es el verdadero liderazgo de la universidad.

¿Lo está ejerciendo nuestra cultura? La respuesta es no, la democracia no siempre es del pueblo y para el pueblo, quien gobierna debe ser el más preparado o el más apto, lo dice Calpo Percini, se refiere a su escala de valores. Vamos a ver, es una reflexión interesante.

Miren, hay un personaje denostado por la historia sin merecerlo tanto, que es Maquiavelo, que estaba en una pugna en aquél momento vital para la civilización a la que pertenecemos del Renacimiento, en una pugna permanente como espejo contrapuesto con Erasmus.

Erasmus, ante el poder excesivo del príncipe, en general, por eso recuerdo a Maquiavelo, Erasmus pregonaba, predicaba, aconsejaba la autocontención a través de valores morales.

Maquiavelo descendía la meritocracia. La meritocracia ha sido el paso previo a la democracia que conocemos, en la selección de los mejores no por el color de su sangre que en Europa tenía que ser azul, era muy raro, porque cuando había una herida en alguno de esos nobles, le salía roja, no era azul,.

Pero la meritocracia era la gran pelea olvidada de Maquiavelo que lo conocen por otras cosas. Es decir, oiga usted, si usted quiere gobernar bien, no se rodee de los de su clase sólo porque sean de su clase, sino de los que tengan mérito para saber gobernar.

De ahí, del meritocracia hemos pasado a la democracia y en la crisis de la democracia, de la gobernanza democrática que padecemos está ocurriendo un fenómeno preocupante del que tenemos la responsabilidad los políticos, pero no sólo los políticos, la política como dedicación, como trabajo, se ha convertido en una profesión, ah Dios, reprobable.

Existe una creciente desconfianza para los políticos. Recuerden esto, yo como no aspiro nada tengo mucha libertad para decir lo que pienso, en México lo he dicho un par de veces, la libertad para expresar lo que uno piensa es inversamente proporcional a la responsabilidad institucional que se tiene. Yo no tengo ninguna, puedo decir lo que pienso.

¿Qué es lo que está ocurriendo?

En la sociedad global, que los mejores de todas las familias de cualquier nivel no se quieren dedicar a la política –con mayúscula- al servicio público, al servicio a los demás, porque si de verdad lo quieren ejercer honradamente, ni compensa, ni está retribuido, ni está reconocido, ni tiene le estatus del maestro en Finlandia, sino lo contrario, el político presumiblemente ladrón, salvo que se demuestre lo contrario.

Les voy a decir, por tanto, el proceso de selección de nuestro representante se está volviendo negativo y eso destruye la democracia.

Mire, en mi país a un compañero del alma, a alguien que quiero mucho y que lleva toda su vida en política, se les exigen explicaciones porque no tiene patrimonio habiendo sido muy poderoso.

O sea, no les piden explicaciones de su patrimonio bien o mal habido, sino de que haya vivido de su sueldo y como consecuencia no tenga patrimonio.

Es sospechoso porque no tiene patrimonio.

Es así, lo digo en ese tono distendido para que comprenda de manera amable la profundidad de la crisis de valores que vivimos.

¿Por qué en una familia media, con varios hijos? ¿Por qué alguno habría de preferir meterse en la grilla política en lugar de hacer empresa o ser ejecutivo de una entidad? ¿Por qué?

Si la explicación es noble, por servicio al país, ya sabe que tiene garantizado un viacrucis intolerable para toda su vida.

¿Por qué no hacemos amable el ejercicio de este esfuerzo, pero no siendo condescendiente, sino exigentes con los que usan la política en su beneficio personal y no al servicio de los ciudadanos?

Pero amables con los que usan la política como prestación de servicio a los demás, a cambio, les aseguro, de nada, que es mucho, eh; yo tengo la satisfacción que nadie me va a poder quitar de haber servido a mi país, haber consolidado la democracia, que haya asistencia sanitaria para todos los ciudadanos, que no la había gratuita, que haya escuela para todos, que no la había cuando llegue gratuita, y que la universidad cuando llegué tuviera 600 mil estudiantes y cuando salí del gobierno 1 millón 600 mil, de los cuales 900 mil tenían beca para compensar la carencia de ingreso de su cuenta.

Por tanto, yo me siento orgulloso de haber hecho el esfuerzo y me siento orgulloso de que mi capital a estas alturas sea mi autonomía personal, y créanme, no dependo de nadie, ni de ningún gobierno, ni de ningún favor, ni de ningún partido, ni de ninguna empresa, de nadie, dependo de mí mismo.

Gracias.

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